Si hoy me preguntás cómo me llamo, te digo una cosa, y si me preguntas quién soy, te digo otra. Mi idea es llamarme como quien soy
Hoy, Abuelas de Plaza de Mayo presentó a José Luis Maulín Pratto, nuevo caso de restitución de identidad, el 120°. Su historia está atravesada, como la de tantxs otrxs hijxs y nietxs, por el terrorismo de Estado instalado en nuestro país durante la última dictadura cívico militar, por la lucha por el acceso al Derecho a la Identidad, por el reclamo para que lxs responsables sean juzgadxs y castigadxs, por la Memoria, la Verdad y la Justicia.
José Luis conoce su historia desde el año 2009: a partir del resultado de un ADN descubrió que sus padres biológicos son Luisa Pratto y Rubén Maulin, trabajador y militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) secuestrado en Reconquista, Santa Fe, en Octubre de 1976, con quienes mantiene un vínculo permanente y estrecho desde entonces. Sin embargo, su lucha y su reclamo continúan hasta la actualidad en la búsqueda de una sentencia judicial que le permita recuperar su nombre y cambiar el apellido de sus apropiadores – Segretín – por su verdadera identidad.
Por entonces, Rubén seguía detenido pero ya como preso político. Fueron años de dolor que vivió Luisa. Después del parto y durante mucho tiempo siguió siendo visitada por la misma patota policial que había secuestrado a su marido y hermanos, que la sometía a torturas y abusos sexuales. La abuela de José Luis, Ana Elena, se ocupó de los niños y acompañó a Luisa en el reclamo por su marido y su hijo robado. Cuando Rubén Maulín recuperó su libertad, en 1982, ambos se presentaron ante la justicia para reclamar por el niño pero no obtuvieron respuesta y les dijeron que no podían hacer nada.
Él desde temprana edad tenía dudas de su identidad, por las diferencias físicas y porque tenía una hermana mayor adoptada. En un primer momento le dijeron que era fruto de una relación extramatrimonial de Segretín y luego se fueron sumando otras versiones, siempre inconsistentes. En 2008, Luisa y su hermana Griselda hicieron otra declaración ante la justicia, contando nuevamente lo que habían padecido durante el terrorismo de Estado. Después de años de impunidad fue la primera vez que la justicia santafesina aceptó investigar su caso. Para ese momento, ya hacía dos años que muchas víctimas del terrorismo de Estado en la región habían comenzado a dar testimonio en la “Causa Base Aérea”. Luisa dio una nota en una radio de la ciudad y su historia llegó a conocimiento de José, quien se sintió motivado a averiguar sobre su identidad.
La semana pasada comenzó en Santa Fe el juicio por la apropiación de José Luis, en el que están imputadas la apropiadora Cecilia Góngora, y la médica que atendió el parto y firmó el certificado de nacimiento, Elsa Nasatsky de Martino. También estaba acusado el jefe de la Base de la III Brigada Aérea de Reconquista, Danilo Sambuelli, quien falleció en diciembre de 2014.
Estela de Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo afirmó:
«En esta historia se muestra lo que el terrorismo de estado pudo, cautivando, torturando o violando, aún en democracia, porque para la justicia le diga a la verdadera madre que no puede hacer nada, quien sabe que otras cosas más le han dicho. La justicia aún le niega el nombre a él y a sus hijos. Luego de conocer en profundidad su historia y los padecimientos de sus padres por recuperarlo, la Asociación decidió incorporar su caso al listado de nietos restituidos, como un acto de reparación y verdad histórica”